Análisis | Syberia: The World Before

ANÁLISIS

Alejandro Cambronero Albaladejo


Syberia está más viva que nunca

Kate Walker regresa cinco años después de su última aparición para ofrecernos la que podría ser la mejor entrega de la Syberia, y lo hace a lo grande para celebrar los veinte años de la franquicia creada por el difunto Benoît Sokal (fallecido el pasado 2021), al que además va dedicado el propio juego. Syberia: The World Before vuelve a los orígenes de una de las aventuras gráficas más queridas y longevas del siglo XXI con una excelente reinvención que da pie a muchas posibilidades de cara al futuro, adaptándola a los nuevos tiempos y dando un importante salto cualitativo respecto a Syberia 3, arreglando los desaciertos que este tuvo. Uno de los mayores atractivos de este nuevo juego es que tiene lugar en dos líneas temporales distintas pero con mucho en común. En la línea temporal de 1938, tenemos a la joven Dana Roze, una virtuosa del piano procedente de Vaghen que desea estudiar y triunfar dedicándose a lo que más ama: la música, quien debido a la inminente guerra le depara otro destino completamente diferente. Por contraparte, en 2004, y tras los acontecimientos acaecidos en el último juego, Kate Walker se encuentra cautiva en una mina de sal desde hace más de un año, habiendo alcanzado la redención pero nunca abandonado la esperanza. La aventurera hace un viaje al pasado para descubrir uno de los secretos mejores guardados de Vaghen, así como realiza un viaje de introspección para reencontrarse a sí misma y decidir cuál es su verdadero sino. Un viaje por partida doble que aumenta la apuesta con algo nunca visto en Syberia hasta la fecha.

Las dos líneas temporales que ofrece Syberia: The World Before son pura frescura, no solo en la saga, sino también en el género y la actual industria de los videojuegos, donde la linealidad está cada vez más presente, especialmente en las aventuras gráficas. Además, después del punto de inflexión que supuso Syberia 3, la franquicia necesitaba un importante cambio de tuerca a todos los niveles (especialmente en el técnico, ya que en el narrativo la serie de Benoît Sokal siempre ha jugado en otra liga) para permanecer con vida. Por supuesto y, sin entrar en spoilers, la nueva aventura de Kate Walker «junto» a Dana Roze amplía masivamente el lore del universo, encontrando respuestas a preguntas que se plantearon desde el Syberia original y que, tras muchos años, se hilan a la perfección para dar como resultado una carta de amor en toda regla para los jugadores de una IP que recibe con los brazos abiertos tanto a sus seguidores más antiguos como a los nuevos jugadores que quieran introducirse en ella. El componente nostálgico está más presente que nunca en una entrega donde Syberia se vuelve a reencontrar con Syberia al igual que Kate Walker se vuelve a encontrar con Kate Walker, su pasado, presente y futuro. Syberia: The World Before demuestra que la aventura gráfica de la década de los 2000 está más viva que nunca, y que todavía tiene mucha cuerda para rato. Sin lugar a duda, es una grata sorpresa para todos y, por supuesto, la mejor de las celebraciones para sus 20 añazos de historia.

La belleza de un mundo semi abierto repleto de vida

Este nuevo Syberia nos presenta el maravilloso pueblo de Vaghen y sus alrededores, ofreciendo zonas variadas que hacen de la escenografía del juego un factor más dinámico y menos monótono que su antecesor, contando además con el pasado y el presente, donde se pueden apreciar numerosos cambios tras el paso de los años desde una sociedad en guerra hasta el mundo moderno. Es realmente atractivo ver cómo ha evolucionado todo y el cambio que hay entre épocas, lo cual le da un toque mucho más realista al juego que nos pone en situación en todo momento, con una perfección absoluta, e incluso numerosas críticas a la sociedad actual, que ha degenerado en ciertos aspectos por la despreocupación social. Las áreas, sin embargo, no son demasiado extensas; podría considerarse un mundo semi abierto, pese a que los escenarios no son especialmente grandes. Esto no es un problema para el juego ni mucho menos, porque tiene lo justo y necesario para resultar atractivo de cara al jugador y su género, pero sí es cierto que el movimiento resulta, en ocasiones, demasiado lento. A pesar de que hay un botón de «correr», la acción no es tal, sino más bien un «andar rápido». Syberia: The World Before no necesita que Kate Walker o Dana Roze corran por los escenarios per se, pero a la hora de completar ciertas misiones, tanto principales como secundarias, o ir de un punto A al punto B tras varias horas de juego, y refiriéndome a los exteriores, no a los interiores (que tiene muchos), puede llegar a ser ligeramente desesperante que la velocidad de ambas sea tan extremadamente lenta.

Podemos disfrutar de los escenarios de un juego así como de su ambientación, y recorrer cada rincón con un movimiento de personaje más rápido, ya que lo único que provoca esto es que parte de los jugadores no completen ciertas tareas o decidan ir directamente a los objetivos principales sin admirar la belleza del mundo construido para este juego en su totalidad. Si bien no ha sido mi caso con este título, el hecho de «dilatar» las horas de juego de esta manera no es en absoluto la mejor opción para invitar al jugador a explorarlo todo, sobre todo en un desarrollo en el que se interactúa con tantísimos elementos del entorno. Pese a esto, es un gustazo recorrer cada centímetro de las áreas donde tiene lugar Syberia: The World Before en sendas líneas temporales; primero, porque es una de las maravillas del género de aventura gráfica y, segundo, porque ver el contraste del paso del tiempo entre pasado y presente con Dana y Kate, respectivamente, hace que el juego de Microids alcance unas cotas de superioridad en este nuevo renacer de la franquicia, que esperamos continúe porque tiene aún mucho que contar. Vaghen es un escenario perfecto para continuar la historia de Kate Walker y abrir un mundo de posibilidades de cara al futuro, pero también es la fiel adaptación de hechos históricos en los que ciudades y países enteros han sufrido y sufren debido a la guerra. Syberia: The World Before es el claro ejemplo de reivindicación dentro de una obra preciosa con toques futuristas. Además, la nueva generación de consolas le sienta muy bien al apartado técnico, que cumple con creces.

Una obra nostálgica y esperanzadora para el porvenir del género

Contaba antes que la aventura gráfica de finales del siglo XX y principios del siglo XXI se recuerda con anhelo y, en numerosas ocasiones, es echada en falta. Syberia: The World Before nos devuelve esa esencia tan mítica que nos cautivó antaño, y la reformula para invitar a las nuevas generaciones de jugadores a descubrir no solo un juego tan bonito y emotivo como es este, sino también a un género que cada vez parece más apartado de su núcleo principal. Syberia: The World Before nos hace soltar más de una lágrima, al menos a mí, por su profunda narrativa que toca la fibra sensible acerca de lo bonito, y a la vez hostil, que puede ser el mundo ante nosotros. Kate Walker regresa en esta nueva entrega tan cabezota y tenaz como la dejamos hace ya varios años, pero que en esta ocasión vuelve a sus raíces para darle cierre no solo a una historia de hace décadas, sino también al capítulo por el que ella misma está pasando en el momento presente. Hay algo que me resulta hermoso, y es cómo se puede crear una historia narrativa y un universo tan grandes y bien construidos, sin necesidad de añadir elementos y más elementos así porque sí, algo que estamos viendo en los juegos AAA y en muchos AA para querer ser más de lo que son sin éxito, porque fallan en la ejecución al incluir mil cosas solo para intentar que el producto final sea más «grande», haciéndolo al final un batiburrillo carente de sentido e innecesariamente rellenado. El título de Microids consigue aprovechar sus recursos, quizá no del todo, pero sí lo suficiente como para no excederse en florituras.

Una de las cosas más buenas de Syberia: The World Before, que perfectamente actúa como el principio de una nueva, espero, trilogía protagonizada por Kate Walker y compañía, es que no hace falta jugar a los anteriores para disfrutarlo. Sí es recomendable, principalmente para vivir tres historias antecesoras que son obras maestras del género de aventura gráfica, aunque la tercera entrega flaqueara un poco más respecto al resto. Uno de los pocos peros que le pondría al juego es poder disfrutarlo con una selección de niveles, algo de lo que carece, ya que solo se puede jugar de principio a fin a pesar de estar dividido en capítulos; una lástima, porque a día de hoy son características que enriquecen a un juego, especialmente para tomar otros caminos alternativos o disfrutar de cosas que se nos hayan podido pasar por alto en el juego (decisiones, diálogos, interacciones, etc.). En mi caso, sí que le di una segunda vuelta para conseguir algunos trofeos que me faltaban y que, cómo no, eran de historia, pero es cierto que se trata de un juego que no invita del todo a rejugarlo de principio a fin dada la lentitud de su gameplay, que espero sea más dinámico de cara a futuras entregas. Por lo demás, es una oportunidad perfecta para conmemorar los veinte años de la saga, o para introducirse por primera vez en ella porque, de verdad, merece la pena. Si buscáis un juego de mediana duración con una historia que no deja indiferente a nadie con toma de decisiones y mundo semi abierto, Syberia: The World Before es una opción infranqueable.


CONCLUSIÓN: Syberia: The World Before es un viaje de no retorno hacia una nueva generación de aventuras gráficas que estamos deseando ver y disfrutar. El juego póstumo de Benoît Sokal abre las puertas a un futuro prometedor para una saga icónica, con un juego a la altura de la nueva generación.

7,5

NOTABLE


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