EDITOR Ubisoft
DESARROLLADOR Ubisoft
GÉNERO Acción/Aventura, RPG
AÑO 2023
VERSIÓN ANALIZADA PS5
PRECIO 39,99€
Mirage demuestra que menos es más
Assassin’s Creed Mirage, la última entrega de la famosa saga de Ubisoft, marca un cambio significativo respecto a los títulos anteriores. En lugar de ofrecer un mundo masivo y cientos de horas de contenido, como ocurrió con Assassin’s Creed Valhalla o Odyssey, Mirage opta por una experiencia más contenida, inspirada en las raíces de la serie. Esta decisión ha sido una jugada arriesgada, pero que en muchos aspectos, ha sido un acierto. Sin embargo, a pesar de los puntos fuertes del juego, también hereda algunos de los problemas que han afectado a la franquicia en los últimos años, como la repetitividad de las misiones. A continuación, analizamos estos aspectos clave para comprender mejor cómo Assassin’s Creed Mirage se destaca y dónde sigue fallando.
Uno de los elementos más llamativos de Mirage es su duración más corta en comparación con los títulos recientes de la saga. Mientras que Valhalla podía extenderse por más de 100 horas si se completaba todo su contenido, Mirage se reduce a unas 15-20 horas en su historia principal, o quizás un poco más si se exploran misiones secundarias y coleccionables. Esta duración más contenida no solo es refrescante, sino que también ayuda a evitar la sobrecarga de contenido que muchos jugadores sintieron en las entregas anteriores.
Esta decisión de acortar la experiencia es especialmente positiva para aquellos que prefieren completar un juego sin sentir que están atrapados en una rutina interminable de misiones secundarias y tareas repetitivas. Mirage nos devuelve a una época en la que los juegos de mundo abierto no requerían compromisos de tiempo masivos, lo cual es ideal para jugadores que tienen menos horas disponibles para dedicar al gaming. En lugar de alargar innecesariamente el juego, Ubisoft ha optado por concentrar su narrativa y sus mecánicas en una experiencia más ajustada, lo que favorece el ritmo general.
A lo largo de la historia de Basim, el protagonista, se nota que Mirage busca centrarse en la evolución del personaje y en la narrativa en torno a su viaje hacia convertirse en un maestro asesino, sin los desvíos excesivos que plagaban entregas previas. Este enfoque, por tanto, permite una experiencia más accesible y satisfactoria para aquellos que prefieren un juego que puedan terminar en unas pocas sesiones, pero que aún ofrece profundidad narrativa.

Ambientación de primera calidad
Uno de los puntos donde Assassin’s Creed Mirage verdaderamente brilla es en su ambientación. Al situarse en Bagdad del siglo IX, durante el apogeo del califato abasí, el juego consigue recrear una ciudad vibrante, rica en detalles históricos y culturales. Ubisoft ha demostrado una vez más su habilidad para transportar a los jugadores a épocas históricas fascinantes, con una representación visual impecable y un diseño de nivel detallado.
La ciudad de Bagdad es un personaje en sí mismo. Las calles bulliciosas, los mercados llenos de vida, los monumentos arquitectónicos majestuosos, y las diferencias entre los distintos distritos, como la zona comercial o la más opulenta residencia de los gobernantes, hacen que el entorno se sienta auténtico y vibrante. La atención al detalle en la representación de esta ciudad medieval permite a los jugadores explorar un Bagdad que parece genuino, pero a la vez, idealizado.
Además, la verticalidad de la ciudad y el regreso de mecánicas de parkour más ágiles y precisas rememoran los primeros juegos de la saga. Correr por los tejados, trepar por las estructuras y utilizar el entorno para realizar asesinatos sigilosos es tan satisfactorio como en los títulos clásicos. Esto permite que la jugabilidad fluya de manera orgánica en un espacio que se siente coherente, pero al mismo tiempo, ofrece posibilidades tácticas.

La repetitividad, el problema más persistente
A pesar de sus muchos aciertos, Assassin’s Creed Mirage sigue sufriendo uno de los problemas más criticados de la franquicia: la repetitividad. Aunque el juego intenta ser más contenido y centrado, gran parte de su estructura y misiones resultan familiares hasta el punto de volverse monótonas. Las mecánicas básicas de asesinato, persecución y sigilo, aunque refinadas, no aportan mucho en términos de innovación, lo que puede llevar a una experiencia un tanto repetitiva, especialmente para los jugadores veteranos de la serie.
El ciclo de misiones principales se ve complementado por tareas secundarias que, aunque bien ambientadas, también caen en el ciclo de “ve a este punto, asesina a este objetivo, escapa sin ser visto”. A medida que se avanza, las misiones comienzan a sentirse mecánicas y predecibles, lo que reduce el impacto emocional o narrativo de los acontecimientos. Aquí, Mirage no mejora de ninguna manera. Por suerte, la reducción de duración del juego en su totalidad hace que la variedad de misiones se sienta un poco más, pero es tan solo un oasis en el desierto, nunca mejor dicho, aunque se agradece el intento por parte de Ubisoft de no hacer de este título más pequeño una nueva historia interminable en bucle.
Este problema no es nuevo en la saga, pero en un juego que se presenta como un regreso a las raíces, se hubiera esperado un enfoque más innovador en la forma en que se estructuran las misiones. Si bien Mirage intenta refrescar la fórmula con pequeñas novedades, como el uso del águila para la exploración y la planificación estratégica de asesinatos, estos elementos no son suficientes para evitar la sensación de déjà vu que invade a medida que se repiten las mismas misiones pero ¿es que está ya todo visto en Assassin’s Creed? ¿Realmente hay margen de mejora? A veces dudo de esto. La fórmula está muy agotada, aunque esto no impide que se pueda disfrutar del título igualmente, y de hecho se disfruta mucho. Los pros siempre ganan a los contras, el problema es que los contras son viejos amigos que vuelven en cada entrega.

Basim, ese gran descubrimiento
Uno de los aspectos más interesantes de Mirage es su enfoque en Basim, un personaje que ya conocimos en Valhalla. En esta entrega, Mirage explora sus orígenes y el camino que lo llevó a convertirse en un Maestro Asesino. La narrativa personal de Basim es uno de los puntos más fuertes del juego, ya que le otorga al personaje un desarrollo más profundo y matizado.
A lo largo de la historia, se nos presenta a Basim no solo como un hábil asesino, sino también como un hombre atormentado por su pasado y por las revelaciones que encuentra en su camino. Esto le da una dimensión humana al personaje, haciéndolo más interesante que algunos protagonistas anteriores de la franquicia. Además, el vínculo de Basim con la Orden de los Asesinos y su conexión con los eventos de Valhalla añaden una capa de intriga que los fans de la saga podrán apreciar.
No obstante, aunque la historia de Basim es interesante, el juego se apoya demasiado en su trama principal, descuidando la profundidad de las misiones secundarias y el desarrollo de personajes secundarios, que a menudo se sienten un tanto superficiales, dejándolos en un segundo plano en ocasiones demasiado vacío, a diferencia de otros títulos de la saga donde el refuerzo de los personajes secundarios enriquecía enormemente las tramas principales y secundarias. Y es que sí, es la gran historia de Basim, con un juego hecho específicamente para él, pero la sensación de indagar un poco más en su mundo se echa en falta en gran parte de la trama.

Que sea más llevadero hace que merezca enormemente la pena, pero la novedad no parece llegar nunca
Assassin’s Creed Mirage es un retorno refrescante a los orígenes de la saga, con una duración más manejable y una ambientación que logra sumergir al jugador en el fascinante Bagdad del siglo IX. La decisión de acortar la experiencia en comparación con los juegos recientes de la franquicia ha resultado en un juego más compacto y accesible, algo que muchos jugadores apreciarán en una época donde el tiempo de juego se ha vuelto un recurso valioso. Sin embargo, a pesar de sus muchos aciertos, Mirage sigue pecando de uno de los problemas más persistentes de la serie: la repetitividad. Aunque su historia y ambientación logran destacar, la estructura repetitiva de las misiones y la falta de innovación en las mecánicas centrales pueden limitar su atractivo para aquellos que buscan algo nuevo dentro de la franquicia.
En definitiva, para los fans de Assassin’s Creed, Mirage será una experiencia nostálgica y agradable. Sin embargo, para los que buscan una evolución real en la fórmula de la serie, el juego podría sentirse como una (otra) oportunidad perdida.







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